¡Ya está bien! Estas cosas me indignan.
Es tema de estos días dos casos de personajes públicos a los que yo le encuentro un símil. Si no sabéis a qué me refiero, pronto lo sabrán.
El primer caso al que quiero aludir es el más conocido y divulgado en las últimas semanas: el del juez Baltasar Garzón. El juez más importante de la historia de nuestra nación (la mía, que es España) ha sido suspendido de su cargo, al parecer, por unas escuchas ilegales relacionadas con la famosa "trama Gürtel" en las que participó y por investigar también a ciertas personas que podrían estar implicadas en algunas irregularidades durante el Franquismo.
Obviamente, mi opinión es que han ido a por él, porque a "algunas personas" no les conviene ni que Garzón procese el caso Gürtel, ni que las personas investigadas del franquismo salgan a la luz (porque probablemente en su día hicieron algunos "chanchullos" y ahora se destaparía todo).
Por otra parte tenemos al conocido periodista deportivo Paco González, hasta hace unos pocos días, director del programa de radio deportivo de más audiencia en el país, Carrusel Deportivo. Los que le escuchamos sabemos lo gran persona que es, y ha sido suspendido de empleo y sueldo por unas discrepancias con algún directivo de la Cadena Ser. Al parecer le querían imponer unas retransmisiones durante el Mundial de Sudáfrica sin pagarle ningún extra por el trabajo extra que iba a hacer y que incluso Paco aceptó con la condición de que quitaran un castigo similar al suyo a un compañero suyo de la SER (Jorge Hevia). Éstos no aceptaron y como siempre ganó el más poderoso, ni toda la gente que mando el apoyo a Paco fue suficiente para poder con una decisión directiva.
En resumen, ¿Qué es lo que quiero dar a entender con esto?