Hola a todos y todas. Conocidos, desconocidos, y por conocer:
Como todos saben, estamos en unas fechas muy bonitas donde nuestra mente se ve llena de recuerdos, de todo lo que hicimos durante este año, los cambios en nuestras vidas desde las pasadas navidades, etc. (hasta las televisiones lo hacen).
Particularmente, yo recuerdo que escribí unas cuantas postales navideñas a algunos de mis amigos y amigas, sobre todo a los que vivían más lejos y no podía ver tan a menudo. Este año no lo he hecho, por eso quiero aprovechar esta magnífica herramienta llamada Internet para hacerlo y no sólo a unos poco, sino a muchos más.
Es la navidad tiempo de estar con los de uno, de unirse más a los que queremos y los que nos quieren, y de dejarnos querer también. Y de saber valorar cuánto vale ese amor, si es que acaso tuviera precio en algunos casos. Porque la grandeza de los sentimientos frente al dinero, por ejemplo (gran mal de la humanidad, por cierto), es que no son nada material, y por tanto no tienen límites. Siempre se puede querer más, o estar más contento, más triste, más preocupado, etc. Y esto no lo digo yo, esto lo dicen las personas que cuando alcanzan ya una cierta edad como para poder ver su vida en perspectiva con toda la información, no dudan en afirmar, que en la vida no existe nada que al final te llene tanto y te satisfaga como el amor, y que es eso lo que al final recuerdan con más orgullo. Es una pena que cuando somos más jóvenes no nos demos cuenta, porque sólo creemos en lo que podemos ver y vivir en ese momento. Y digo yo "qué tontería", pues todos sabemos que el mundo es 1000 veces más complicado, y hay 10.000 veces más cosas de las que podemos ver con nuestros ojos.