24 noviembre 2008

Yo: Preocupad@

Existe un pequeño detalle en la mente humana: La preocupación. La preocupación y todos aquellos factores que implican que la tengamos y siempre unos más que otros, que la tienen menor.

Siempre con ese deseo de querer saber qué pasa, qué ocurre sobre ciertas personas o eventos.
Algunos asocian preocupación a esa ansiedad que se tiene en momentos de estrés. Preocupación por no llegar a cumplir tus objetivos, tus tareas de la semana, etc.

Pero yo no quiero referirme a esta preocupación, sino a esa extraña sensación de querer proteger, ayudar y conocer todo aquello que acontece en el mundo de esa persona a la cual amamos de todo corazón (en ocasiones sin saber porqué).
Porque te hace sonreír quizá, porque esa persona te da la vida y te la puede quitar porque sabes que la necesitas, porque es tu fuente de felicidad.
¿Suficientes porqués?

El preocuparse en sí no es malo, gusta más o menos según con la persona que trates. Yo por suerte aprendí a no dejar de preocuparme y sólo mostrar mi (a veces excesivo) interés con quien lo valora. No soy el primero al que no le gusta que estén continuamente encima de él sin sentir que me roban el espacio (cosa de adolescentes supongo). Pero tampoco niego la agradable sensación de saber que hay alguien detrás de ti, que se preocupa por ti, tal y como tu lo haces por él/ella, y eso si se sabe valorar, vale mucho.