25 octubre 2010

Llongueras, despedido de Llongueras.

Muchos ya deben conocer este hecho, pero bueno, escribo para quien no lo sepa:

A principios de este octubre de 2010, el conocido peluquero Lluís Llongueras, famoso por tener más de 120 centros de peluquería de su marca e imagen repartidos por todo el mundo, ha sido despedido de su propia empresa mediante un burofax que le ha enviado su propia hija y administradora, Esther Llongueras.

Los motivos del despido, textualmente fueron "porque las tareas que realiza no son satisfactorias para esta empresa ni ostenta actualmente ningún poder notarial para ejercerlas". Que digo yo, menudo hachazo al creador y imagen permanente de la marca.

Evidentemente, la causa principal es la mala relación que tenía con sus hijos, la cual reconoce y por tanto no lo considera traición. Y lo que lo ha permitido es que Lluís, seguramente sin esperar nunca algo así, hace tiempo decidió repartir las acciones entre los familiares, y entre sus dos hijos y su ex-mujer han reunido más del 50% de las acciones, lo cual le deja completamente sin voz ni voto.

Llongueras se defendió alegando que todo lo que tienen y la imagen de la marca se la deben a él. Él era el icono que la hizo nacer y la mantuvo viva (hasta ahora). Por lo tanto no se ven nada justificadas las razones expuestas en el burofax del despido.

En su lugar, se ha comenzado a lanzar la nueva sociedad, llamada PEYMA (Peluquería y Maquillaje), la cual ya ha transformado al menos 18 de los 120 salones Llongueras.

Recientemente volvía a hablar el citado Llongueras, diciendo que la gente se solidarizaba con él, e incluso se prestaba a ayudarle económicamente. Pero él ha asegurado que se encuentra en una buena situación económica por el momento (pese a la ridícula indemnización, de unos 7.000 € en total, que le dieron por el despido), y que ahora sólo quiere centrarse en su esposa y en los tres hijos que tiene con ella, pues de los otros dos, Esther y Adam, dice que ni se ven ni casi se hablan.

Ahora me pregunto yo, ¿realmente Lluís Llongueras se ha ganado esto por parte de sus hijos? ¿O han sido directamente ellos los envidiosos o enfadados con su padre por tener otra mujer e hijos? Desde luego, aunque Llongueras hubiera hecho méritos para ser despedido (cosa que personalmente dudo), que tus propios hijos te hagan una cosa así, es de ser totalmente desagradecido. Porque a un padre antes que cualquier cosa, se le debe la vida, en mi opinión. Puedes tener un padre "cabrón" como alguna gente desgraciada tiene, y naturalmente que te haya dado 4 potitos y 14 sopas en 18 años no justifica que luego sea un indeseable. Pero no creo que sea el caso, y realmente es de ser desagradecidos.

02 octubre 2010

Tiquismiquis: Crece la demanda de perfección

Según la R.A.E (como me encanta empezar así los posts):
tiquismiquis.
(Del lat. macarrónico tichi michialterac. vulg. de tibi, michi, [lat. mihi], para ti, para mí).
1. m. pl. Escrúpulos o reparos vanos o de poquísima importancia.
2. m. pl. coloq. Expresiones o dichos ridículamente corteses o afectados.
3. com. Persona que hace o dice tiquismiquis.

Dicho esto, ¿somos cada vez más tiquismiquis?
Si hacemos una mezcla de la primera y tercera definición, en otras palabras yo lo traduzco como que tiquismiquis es la persona que se queja de cosas sin importancia, o de tonterías a las que le da más importancia de la que tienen.

Lo que es evidente, es que cada vez somos más exigentes con todo. Con las personas, la tecnología, los estudios, el rendimiento, la rentabilidad...
Y hablo desde mi punto de vista personal, haciendo memoria de mis experiencias vividas hace años y que ahora recopilo y me doy cuenta de cuán inconformistas somos en la actualidad.
Y os lo voy a demostrar, con pequeños ejemplos cualquiera que sin duda todos los mayores de 17 años se van a ver identificados:
  • Los coches es el primero que se me ocurre. Recuerdo cuando era pequeño, en las máquinas que iba, que incluso algunas mañana, el motor enfriado no había manera de encenderlo, y había que empujar un poco para hacerlo arrancar. En cambio ahora, mi padre por ejemplo, a la mínima que se le enciende algún indicador, lo lleva al taller.
  • La televisión, antes que se veía granulada (y antes en blanco y negro) y la gente tan contenta, y ahora, menos que una calidad digital TDT no se admite.
  • Las cintas de cassete que había antiguamente, las cuales el sonido era muy deficiente comparada al que tenemos ahora con los CDs de alta calidad.
  • Los ordenadores son otra... cada vez más rápidos. Y el Internet, igual. Es que ya no aguantamos la lentitud.
¿Todo esto a qué nos conduce? Pues "al abismo" dicen algunos jajaja. Que "estas nuevas generaciones se lo van a cargar todo".

No digo que vaya a ser así, pero lo que sí que es verdad es que cada generación nueva es más demandandante de perfección. Los jóvenes de hoy en día no pueden esperar a nada, tiene que estar todo perfecto, y además enseguida. Esto es típico de la sociedad occidental.
Y lo peor es que esto puede acarrear consecuencias que no nos damos cuenta. Como por ejemplo el estrés y la infelicidad. Porque ya no somos capaces de vivir sin estas "perfecciones", "velocidades", "posesiones"... 

Lo queremos todo, al momento, perfecto, sin esfuerzo, hacer lo que queramos...

Y ese es el gran problema de la actualidad. Porque cuando yo nací, a mí me enseñaron varias cosas: que no se puede tener todo, que la perfección no existe, que no hay recompensa sin esfuerzo, y que uno no siempre puede hacer lo que quiere sino lo que debe.

¿En qué momento se perdió todo esto? =(

Así que para todos aquellos que creen que cada vez somos más libres, yo les digo, que si no cambiamos cada vez seremos más esclavos. Esclavos de todas esas cosas sin las que uno ya no se imagina la vida.
¿Es esta la sociedad que queremos? ¿Una sociedad cada vez más antisocial, más repelente, más intolerante, y más tiquismiquis en resumen?
Seguro que más de uno ya lo está notando.