18 noviembre 2010

Dos días en Barcelona, ánimo in piccolo crescendo

Me he pasado casi 4 horas en un tren regional a Barcelona, y puedo decir que después de ver “Come, reza y ama” en mi portátil, (pese haber sido una película sin coherencia en mi opinión) me he dado cuenta durante un pasaje de la película de algo que ha salido y me he sentido identificado.
La película habla de muchas personas que están viviendo en la India y en la isla de Bali, huyendo de malas experiencias personales, cuando su vida ha perdido el rumbo, y buscan darle un vuelco para encontrar de nuevo el sentido de su vida. Y para ello, lo que debían hacer era tan simple como perdonarse a uno mismo. Perdonarse las razones que le habían llevado hasta allí.
Dicho esto, es hora de perdonarme. De perdonar mis errores, y de ser justo con las decisiones que he podido tomar, pues si han ocurrido así, fue porque pensé que era lo mejor, y en ese momento nadie podía saber si después las cosas iban a salir bien o mal. Por lo tanto, es erróneo culparse si salió mal, pues eso fue producto del devenir de la vida.

Habiendo llegado a esta conclusión, creo que hace como 5 - 6 años que no estoy en paz conmigo mismo. Siempre he tenido algo, que me ha privado de la total felicidad. Supongo que es porque me he dado cuenta que en la vida no se puede tener nunca todo, y que para tener unas cosas, has de renunciar a otras. No descubro nada nuevo, al 99’9% de la gente le habrá pasado.
Algún día espero coger otro tren. El tren que me lleve a esa paz.


Pero bueno, ya llegado a Barcelona la cosa cambia.


10 noviembre 2010

Gente que pasa, entra, sale, permanece, o se desvanece en tu vida.

Vuelvo a escribir aquí, en mi pequeño rincón, después de algunas jornadas bastante convulsas (el que sabe por qué entiende a lo que me refiero).

Justo recuerdo ahora una frase que me dijo una amiga, que era: "Las personas entran y salen de nuestras vidas, y nos ayudan a ser como somos. Y esperamos que las buenas se queden. Pero a veces se van, se van sin más." (extraída de la serie británica "Life On Mars", muy recomendada por cierto)

Curioso porque precisamente atravieso un momento que se puede reflejar muy bien con esta frase. Ya me había pasado antes esto de perder a gente que consideraba buena y se me ha ido sin más (o sin menos, hay de todo), pero nunca me había construido una frase en mi mente como esta.

Me vienen a la memoria así varios casos. En particular resaltan en mi mente el de dos chicas, dos buenas amigas con las que compartí prácticamente casi dos años de mi vida al completo, y que un día ella, y 6 meses más tarde la otra, desaparecieron de mi vida, se borraron. No sé si por casualidades, de dejar el contacto poco a poco, de conocer a nueva gente que te lleva tu atención hacia otro lado, o simplemente porque ya se cansaron de mí.
La primera, me hizo sufrir mucho. Prácticamente estuve 3 meses intentando recuperarla, pero no pude a pesar de mis esfuerzos. La segunda ya pasé más del tema, porque pensé que si ella no quería saber más de mi, qué más da lo que yo intente. En las cosas de dos, no se juega si uno no quiere. En cualquier caso, espero saber algún día la causa, si es que está justificada, de su desaparición.

Pero no es exactamente eso lo que me pasa ahora, si no justo lo contrario. El hecho de ser yo quien desaparezca de otra/s vida/s a la que tal vez me consideren buena persona o importante. Esta vez, para variar de las otras, el motivo sí que lo sé.

Como digo a menudo, "maldito moralista" que soy, todas estas cosas siempre me cuestan una barbaridad de quitármelas de la cabeza, de no sentirme mal. Porque cuando algo se rompe, la gente dice que no es culpa de nadie, pero yo pienso que es culpa de todos los implicados (no de uno sólo), y al ser así, me es difícil perdonar, sobretodo a mi mismo y la parte de culpa que me toca.

El caso es que una vez ya mentalizado de que algo se acabó, creo que lo mejor es hacer desaparecer toda esperanza, porque por experiencia sé que ya nunca puede volver a ser lo mismo. Al no saber nada de la otra persona ni nada, perder la conexión, y sobre todo que la escisión siempre queda (más si los motivos son más fuertes o menos, evidentemente). Y claro, ¿para qué va uno a querer una sombra de algo? Una sombra de algo que un día fue real, y ahora sólo es algo con la misma forma, pero totalmente vacío de sentido, sólo una silueta. Yo no lo querría ni lo quiero. A mí me gustan las cosas claras, el chocolate espeso, la realidad en su máxima esencia, y las nebulosas para la hora de dormir.

En fin, será mejor que me vaya ya a hacer la comida, que el estómago me ruge, y mi hermana también jaja.

Simplemente, dejo aquí mis pensamientos, por si alguien los quiere aprovechar, aunque yo mismo escribí el artículo de Siempre perdemos por miedo a perder y he pecado a sabiendas de lo que hacía.
Aún así, tal vez, dentro de mucho tiempo, cuando vuelva a leer esto, me acuerde de todo lo que relaciona a estos temas, y me ría, o llore, o no me acuerde, o siga arrepentido, o tal vez, en lo más profundo de mi esperanza (la que tengo inevitablemente aunque no quiera), todo se haya solucionado.
Pero para mi desgracia, de ilusiones, no se vive.


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ACTUALIZACIÓN 14-feb-2011: Al final sí que he averiguado los motivos por los cuales mis dos amigas se fueron, pero por suerte las estoy recuperando, aunque ya no como antes. Pero me siento más aliviado.

01 noviembre 2010

Parodia "El príncipe de Bel-én"

Como ya sabe casi todo el mundo en este país, la historia de los cuernos de Belén Esteban por parte de su marido Fran Álvarez ha sido objeto de muchos programas de cotilleo y también de muchas parodias.

Aquí os traigo una del programa de la Sexta "Sé lo que hicisteis" (SLQH) imitando a Fran. Yo me reí mucho. Espero que vosotros también ;)