19 diciembre 2011

Jornada de reflexión y otros timos democráticos.

Vivimos momentos muy difíciles y el bipartidismo de PP y PSOE acecha con hacer lo imposible para salvar la economía y poder seguir cumpliendo los requisitos que la UE pide al estado, aún a costa de todo lo demás.
Verdaderamente no creo que nadie tenga una solución a la crisis, ni al desempleo. Sí al déficit, los impuestos, y los llamados derechos sociales, que generalmente se resumen en sanidad y educación, pero que para mí van mucho más allá. Es inmigración, es educación y respeto, es seguridad, es estabilidad familiar, es facilidades para crecer como ciudadano, cultural, social y económicamente...

Son tiempos muy difíciles. Tiempos en que las generaciones mejor formadas del país vivirán peor que sus padres, y tendrán peor pensión que sus abuelos. Entonces se avecinan las elecciones, y todos los partidos políticos proponen diversas medidas que tomaran para solucionar los problemas más importantes que el país sufre en estos momentos. Pero lo cierto es que ninguno de ellos tiene la certeza de que vayan a funcionar, por eso nadie promete resultados. Ni siquiera saben si funcionará mejor o peor que lo que el gobierno del PSOE ha hecho hasta ahora, tan criticado por todo el mundo por su ineficacia (o su no-eficacia esperada).

El problema luego es la democracia. El movimiento #15M se ha mostrado claramente descontento con el sistema electoral y el tipo de democracia que tenemos. Y no es para menos. El sistema electoral no cumple la máxima de 1 persona = 1 voto, si no que se aplica la Ley d'Hont por circunscripciones provinciales. Algo que quizás tenía su sentido hace décadas, pero ahora rotundamente no. El mundo evoluciona, y las leyes, normas, reglas... deben adaptarse en cada momento a su tiempo.

Como todos sabréis, después de que el 20 del pasado noviembre ganará las elecciones el Partido Popular, hoy ha sido el día en el que su líder, Mariano Rajoy Brey, ha pronunciado su discurso previo a la toma de posesión del poder el próximo día 21 de diciembre.

Me ha resultado realmente gracioso (de los de reír por no llorar) cuando esta mañana escucho por la radio que los tertulianos hablaban sobre qué diría Rajoy sobre las medidas que va a tomar contra la crisis, dónde y en qué va a recortar, estimular la economía, y todas estas cosas con las que los políticos se llenan la boca sin concretar nada. (Evidentemente tras el discurso se confirma, pues los titulares que se pueden leer son del tipo "Rajoy reducirá el déficit, pero no ha especificado cómo").

Porque yo pienso: "Bueno, pero ¿qué va a decir que ya no sepamos? Este señor tenía un programa electoral que supuestamente hablaba de todo esto, y es lo que han votado los ciudadanos. ¿Por qué entonces estamos esperando a ver qué medidas va a tomar? Las votadas, ¿no?"

Muy sencillo, porque está asumido que va a hacer "lo que le de la gana" (hablando mal y claro), o lo que le manden "otros" (todos sabemos de quién o quienes hablamos) en su defecto. Y saben que van a hacer lo de "donde dije digo, digo Diego", como hacen todos los malos políticos, que por desgracia en este país (no sé otros) abundan.

Como ciudadano creo que esto tiene que parar algún día. Pues los políticos son representantes del pueblo, no sus jefes. Así pues los ciudadanos deberían tomar las decisiones y el presidente las ejecutaría, de acuerdo a lo que los ciudadanos hayan votado previamente. Pero la mayoría de gente se deja engañar tan fácilmente que los mandatarios se aprovechan de la desinformación y el conformismo, porque muchos son deshonestos, para hacer lo que quieren.
Aunque bien es cierto que a veces ni con manifestaciones escuchan, pues muchísima gente salió a la calle para manifestar su contrariedad a ir a la guerra de Irak, y España fue a la guerra sin escuchar a sus ciudadanos, por ordenes de Don José María Aznar

Si ahora la "economía de los mercados" (que ahora llaman) domina nuestra economía, es ni más ni menos porque los gobiernos, en representación ciudadana, lo han permitido. Eso, y muchas otras cosas. Porque por ejemplo el gobierno no puede luego exigirles a los bancos nada, si ellos mismos anteriormente les han dado carta blanca y son una empresa privada, que mientras actúe en los márgenes de la ley (una ley por cierto hecha a favor de los bancos) no les pueden ni hacer ni exigir nada.

Debemos ser consciente de todas estas cosas para poder pensar y actuar con frialdad, criterio y sentido. No acomodarnos, pues cuando bajamos la guardia siempre está alguien al acecho para engañarnos. Eso no debe ser así. Si no que hemos de luchar para que esos timadores, sea quién sea, desde el vidente "engañaviejas" hasta el que roba mucho discretamente, sea castigado, y no en lugar de ello servirles nuestro trabajo, nuestro dinero, nuestro alma en bandeja.

Nuestra jornada de reflexión son todos los días.

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