De vuelta a la capital, como me toca cada mes. Mientras salgo del sueño y vuelvo a casa en este Alaris, se me ha ocurrido abrir el portátil y escribir sobre lo que acabo de ver. Breve, pero intenso.
Los que me conocen saben de sobra que soy gran seguidor del F.C.Barcelona, pero aunque sorprenda, no soy el único en la capital. De hecho veo a mucha gente por la calle o en RENFE con camisetas, mochilas, y otros artilugios del Barça. Sin embargo esto poco tiene que ver con el encanto y el interés que despierta en mí Madrid.
Las grandes ciudades y su diversidad de opciones me encantan. Soy un chico (cada vez menos chico por culpa de los años) inquieto, que necesito actividad continua. En concreto, a mi me gusta la actividad dedicada a los demás. Me gusta sentirme parte de un colectivo, y auto-llevarme a la satisfacción colaborando para que ese colectivo sea mejor. ¿Y qué tiene que ver esto con Madrid? Pues muy fácil, que el colectivo es grande, muy grande, por lo cual provoca en mí terribles ganas de hacer grandes cosas. Me va el stress, jajaja.
No sé si algunos de vosotros, lectores, tiene el gusto (o disgusto, no creo que esté a gusto de todos) de vivir en Madrid o haberla visitado alguna vez. Seguramente no es la mejor ciudad del mundo (la mejor siempre está por descubrir, razón para viajar). Barcelona es muy moderna, Ámsterdam me enamoró… Pero una cosa es verdad: Madrid es Madrid. Y para bien o para mal, no hay nada igual. Hace tan sólo un año la desconocía, pero desde que la descubrí, no he parado de generar recuerdos y de involucrar mi vida allí. Es por eso que le guardo un especial amor y lo veo quizás con excesivos buenos ojos, jeje.
Y cada vez que subo en el metro, imagino la cantidad de historias que suceden en las caras de los pasajeros de mi vagón. Cada vez que veo sus grandes avenidas y monumentos, yo también me siento grande. Cada vez que observo la cosmópolis que inunda la ciudad, me doy cuenta que Madrid no es de España solamente, si no de todos.
Y lo mejor, cada vez que salgo a la calle a pasear, con frío o sin él, por Atocha, Gran vía, la puerta del Sol, Alonso Martínez, la calle Alcalá, Salamanca, la Vaguada, la Alameda de Osuna, O'Donnell, la Plaza Mayor… la siento más mía.
Me siento más Madrid.
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